Dulces Mentiras Amargas Verdades: Revelaciones. Autora: Lily Perozo.

Llenos de rabia, frustración y celos infundados, Rachell y Samuel permitieron que las circunstancias los rebasaran  y decidieron seguir caminos separados. Los dos se esconden tras la engañosa seguridad de los secretos, la muralla enorme que han construido para mantenerse alejados de sus más terribles demonios personales, de sus miedos y su pasado. El muro empezará a desmoronarse cuando los sentimientos que los invaden demuestren que son mas poderosos que el orgullo y los malos entendidos. Sólo es cuestión de tiempo para que todas las cosas no dichas rueden al borde de la revelación, deberán hacer frente a las mentiras seguras y dulcificadas, y volverse a la sombra de las verdades amargas, a sus más profundos y estremecedores temores. Una inadvertida travesía por los Estados Unidos, no sólo los invitará a desnudar sus cuerpos, sino sus almas. Rachell y Samuel intentarán resistirse a la única dulce de sus verdades: el amor los espera con inevitabilidad, y el acre sabor de las revelaciones los llevará al limite. Y este es justo el momento para descubrirlo.

Hola, buenas tardes. Día nublado y frío en Concepción, muy muy lejano y estoy con un poquito de fatiga la verdad, entre el spinning y la lectura desaforada que me invadió las últimas 24 horas, estoy agotada, pero inspirada para hablarte acerca de la esperada segunda entrega de la trilogía Dulces Mentiras Amargas Verdades, de la venezolana Lily Perozo. Como es una novela que recién salió a la luz, no me voy a dedicar a contarte el argumento de la historia, sino que me limitaré a plasmar mi opinión con respecto a la historia.

El pasado martes 15 de octubre  y utilizando la plataforma de Amazon,  la autora  publicó DMAV: Revelaciones en versión Kindle, en donde tiene aproximadamente unas 578 páginas distribuidas en 42 capítulos. La portada no me mata, pero la verdad es que la imagen de Bernardo Velasco es lo suficientemente...agradable, como para que seas feliz igual; la orquídea cattleya labiata que ves ahí , no es una elección al azar, tiene relación directa con la historia. Las fuentes me parecen bonitas, sobre todo las de la frase "Dulces Mentiras".

La novela, de carácter romántico-erótico con tintes policiales, se encuentra narrada en tercera persona, y en este punto quiero detenerme para explicarte lo que me ocurrió. Cuando leí DMAV 1, me dio la sensación de que, si bien había un fondo con una buena historia, la forma de la novela no me convenció, en su oportunidad expresé- con el afán de resultar totalmente constructiva para la autora-que la prosa debía ser pulida, ya que me resultaba bastante seca, con finales muy  abruptos que me cortaban la lectura, me fracturaban como espectadora de la trama. La prosa de DMAV 2, es SIG NI FI CA TI VA MEN TE mejor , pero significativamente mejor, o sea, es como si otro genio se hubiese metido en la mente de la creadora, para generar una historia muy bien contada, hilada, coherente, cohesiva en términos de discurso general, que me resultó de fácil y rápida lectura...apasionante, me sentí como en el cine, solamente me faltaban las palomitas/cabritas/pop corn, y repetía incesantemente: " es que este libro está muy weno" " es que este libro está muy weno"; odié todo lo que tenía que hacer y me impedía leer, odié cocinar, odié ir a spinning, odié atender a algún paciente, odié todo lo que me resultó un obstáculo para la lectura, todo. Sistemáticamente iba escuchando las canciones que se mencionan en la historia, para sentirme más cercana aún, podía ver a Samuel practicando cappoeira.

En Revelaciones, no solamente se pone muy buena la historia entre Samuel y Rachell, sino que también la de Thor y Megan, y la del tío rico e inteligente y estúpidamente sensual, el señor Garnett, y de la amiga de Rachell, y de Brockman, y del ex de Rachell, Richard.  En realidad, se pone toda la historia bien buena, qué quieres que te diga. Se empieza a destapar el tema de Samuel, que es tremendo, hay escenas muy potentes dramáticamente que me llegaron a parar los pelos, literalmente. Las escenas hot, son muy hot, ojo, HOT, que no es lo mismo que chabacanas. 

 

Lily Perozo mejoró en todo. Mejoró en prosa y en términos narrativos generales, lamentablemente persisten temas de puntuación y ortografía, pero con una disposición algo extraña...no sé que habrá pasado ahí, pero hay partes muy limpias y prolijas y otras no tanto, sin embargo, es mucho pero mucho más cuidado y pulido que la primera entrega. Mejoró en cuanto a la claridad para plantearte líneas dramáticas. Mejoró en relación a la descripción de las escenas eróticas. Mejoró en función de la calidad de lo que te está entregando y que indudablemente hace que una como lectora se involucre más con la trama, que sienta más, que sufra más, que se alegre más, que empatice más.

El final, me dejó contra las cuerdas...así no se puede, cómo es posible, no sé si aguantaré la espera.

Creo que la autora tiene el gran mérito de haber hecho una autocrítica, y de dirigir su talento de manera favorable. Sin disciplina, no hay buenos resultados, aunque uno sea mega talentoso, hay que exigirse, hay que pulirse, hay que aprender, y Lily, lo está logrando. 

Espero que la tercera parte de esta trilogía, sirva no solamente para nosotros como lectores que queremos saciar nuestra curiosidad, sino que también para la autora, para que logre plasmar definitivamente su estilo, y mostrarle al mundo literario emergente: esta es Lily Perozo, mi talento lo expreso así , e inicio mi camino por esta vía y con estas herramientas.

Cambio y fuera.