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Francesca, una periodista que inicia una prometedora carrera, lo deja todo por un desengaño amoroso y emprende una huida de sí misma que la lleva a Ginebra y que se prolonga hasta los lejanos confines del desierto… Al otro lado del mundo, en un universo de lujosos palacios, Francesca encuentra una segunda oportunidad para ser feliz.
La cosa formal.
El día de hoy , me declaro en rebeldía, y me niego a escribir la reseña de Sin Fin, para dar paso a mi nueva obsesión literaria, la argentina Florencia Bonelli y la precuela de Caballo de Fuego, Lo que dicen tus ojos.
Lo que dicen tus ojos fue publicado el año 2006 por la editorial SUMA y el año 2007 por otra editorial, cuyo nombre no recuerdo pero te dejé la portada al inicio. No sé dónde leí que este libro fue escrito muchos años antes de su publicación en SUMA, y que aparentemente fue la primera novela de Bonelli, no sé si será cierto o si es leyenda urbana, pero creo que al compararlo con el estilo de Caballo de Fuego, indudablemente resulta más simple, o sea, simple dentro de la complejidad y de la maravilla de la autora.
Lo que dicen tus ojos es una novela romántica, con tintes históricos y políticos, tan delicada como una camelia, escrita muy bellamente en voz de un narrador omnisciente, con un lenguaje abundante, rico vocabulario y una trama que te atrapa inmediatamente, como un black hole.
El argumento.
Nos transportamos a 1961 para conocer a Francesca, una joven argentina hija de inmigrantes sicilianos. Tiene 21 años y trabaja en el díario de su tío adoptivo Fredo. La madre de Francesca, Antonina, cocina en casa de los orgullosos y poderosos Martínez de Olazabal. El hijo mayor de la familia, Aldo, pone sus ojos en la dulce Francesca y ella se enamora tiernamente de él, sin embargo, la cobardía del señorito de la casa frente a las presiones familiares, provoca que Francesca acepte tomar un puesto en la embajada argentina en Ginebra. Sola frente al mundo, la joven desconoce que por obra del destino, se ha convertido en el objeto de deseo de Kamal Al Saud, un príncipe árabe astuto y extremadamente apuesto, quien moverá todas sus fichas por llevar a Francesca a su terreno y de ese modo, hacerla suya para siempre.El choque cultural entre ambos es tremendo, él es musulmán, ella es católica, él tiene 36, ella tiene 21, él es un príncipe, ella una simple mortal...y lo peor de todo es que la sociedad no se encuentra preparada para su unión, y sus enemigos los someterán a una situación espantosa que los colocará en una encrucijada en donde las garras de la muerte los rozará.
Mis emociones.
El día 31 de julio comencé a leer Lo que dicen tus ojos, ya que me avisaron en el grupo de facebook que era la precuela de Caballo de Fuego y cuando supe casi me dio un infarto¡, y me dije: IDIOTA¡, así que sumisamente abrí el libro y comencé a leer imaginándome lo peor, que me había perdido, que me iba a enredar y en verdad, puras tonteras no más porque si bien Lo que dicen tus ojos constituye el punto de partida de las familias citadas en Caballo de Fuego, el haberla leído después, no me perjudicó en lo absoluto, al contrario, me benefició. El 1 de agosto suspendí la lectura para leer Sorprendida y Sin Fin, y quedé con tan mal sabor en la boca que decidí continuar con esta lectura que había interrumpido porque necesitaba desesperadamente leer algo bello, algo que hiciera que mi alma se iluminara, algo que pintara mis lentes de rosa...
Sí, la historia de amor entre Kamal y Francesca es tan romántica, pero tan romántica, el hecho de que no existan celulares, ni e-mails ni nada de esas cosas, la hace más romántica aún. Y ese hombre, Kamal, ése es macho, pero macho macho. Qué árabe más magnético, más encantador.
Antonina y Fredo, son personajes adorables, me podía imaginar a ese par de cuarentones encantador, italianos, exaltados, algo gritones, moviendo siempre exageradamente sus manos para comunicarse en su totalidad.
La historia me resultó preciosa, con elementos dramáticos que revientan en un punto y que luego se apaciguan, no es una novela que te ponga nerviosa o que te estrese. Si tuviera que comparar Lo que dicen tus ojos, lo compararía con las olas del mar.
¿Qué me dieron ganas de comer mientras leía?.
Beber, mucho café.
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