sábado, 3 de agosto de 2013

Bodas de odio. Autora: Florencia Bonelli.


Portada de Bodas de odioSinopsis extraída de sumadeletras.com.
 
En 1847, don Juan Manuel de Rosas gobierna la Confederación Argentina desde Buenos Aires con mano férrea. Algunas provincias se alzan en su contra y forjan una alianza con el fin de derrocarlo. En esa época de conflictos sangrientos, lealtades e intrigas, la joven Fiona Malone sólo espera enamorarse, como lo ha hecho su amiga Camila O’Gorman. Pero un apuesto y enigmático hombre, don Juan Cruz de Silva, perteneciente al círculo íntimo de Rosas, se cruzará en su camino para desbaratar sus planes. Fiona Malone pronto se verá atrapada en un mundo de odio, pasión, intrigas y peligros que rodean a un hombre de la talla de Juan Cruz de Silva.
 





 La cosa formal.

Buen día, 9:48 am en Concepción, muy lejano. Hoy he decidido escribir la reseña de la novela que leí anoche y que me dejó con los ojos hechos un desastre, pero valió la pena. Bodas de odio posee alrededor de 400 páginas, y está calificada como una novela romántica histórica, su primera publicación fue en 1999 por medio de una editorial pequeña, y el 2006 saltó al mundo de la mano de SUMA. La portada, que hace alusión a la protagonista, me parece muy bonita y estética. No sé por qué, pero me recuerda a las publicaciones de mi compatriota, Isabel Allende, y en realidad, puede ser que sus estilos narrativos se acerquen bastante.

El argumento.

En la ciudad de Buenos Aires, a mediados del siglo XIX, Fiona Malone es una joven de 18 años, incomparable belleza e hija de inmigrantes irlandeses. Fue criada por sus abuelos paternos, ya que su padre al enviudar, contrae matrimonio con una mujer que no desea tener contacto con las hijas del primer matrimonio de su marido. Fiona es una jovencita bastante complicada, consentida, aniñada, llena de hormonas, extremadamente pero extremadamente explosiva. A sus años, ya está en edad de merecer, es decir, de casarse, pero ella no quiere casarse así sin más, ella quiere enamorarse, cosa que para la época importaba menos que un paquete de cabritas ( de palomitas, de pop corn). Sus planes se van al carajo, cuando su padre cordialmente la obliga a casarse con Juan Cruz De Silva, un "bastardo" lleno de dinero que los sacará de la fosa económica en la que se encuentran inmersos. 
Juan Cruz ya pasó los 30 años y no está para jueguitos, es aliado de La Confederación, y fiel vasallo de Juan Manuel de Rosas, a quien considera un padre. Juan Cruz necesita casarse para limpiar su apellido.
Fiona ( como la esposa de Shrek), le hace la vida imposible a Juan Cruz, imposible, pero imposible, es terrible la yegua loca, y Juan se va a tener que poner firme para literalmente, domar a su fierecilla.
El contexto histórico, el cual no manejo en lo absoluto, me introdujo en una especie de desequilibrio civil en Argentina, en donde La Confederación y Los Unitarios no se podían ver, aparentemente, los primeros eran absolutamente acérrimos a prácticas medias siniestras para mantener el orden de su dictador, de Rosas. El escenario pues, nos condiciona a un ambiente generalizado de violencia, inestabilidad, temor de la ciudadanía, limitación de las libertades personales, etc; elemento que evidentemente condiciona aún más esta entrenidísima historia de amor.

Mis emociones.

Deliro con Bonelli, deliro con ella y escribiendo estas líneas me doy cuenta que lo hago porque sus novelas tienen cierto parecido con quien fue mi primera obsesión literaria, la Allende, sólo que con la Allende me aburrí porque era muy repetitiva con la temática de sus novelas, me cansó.
Bodas de odio, que tiene el título muy buen puesto, me abdujo, o sea, me abdujo, te digo que me abdjuto absolutamente, no podía parar de leer. La novela tiene componentes de erotismo también, propios de cualquier romance normal, pero nunca cayendo en la vulgaridad.
El personaje de Fiona, me colapsó, qué chiquilla más complicada. Está bien que la hayan obligado a casarse y que por eso esté bastante enojada, pero raya en lo insoportable. Yo en verdad pensaba y me ponía en su lugar, y creo que si me hubiese pasado lo mismo, hubiese pataleado un rato pero analizaría fríamente mi situación, y si mi esposo fuera guapo, hot, atlético, adinerado, me amara y me tuviera como reina...lueguito se me pasaría la molestia pues ajajajaj y es más, agradecería que no me hubiesen casado con un vejete asqueroso ( que era lo más probable en la época). Ojo, esta opinión está basada en el contexto histórico del 1800, no en pleno siglo XXI.
Me gustó Juan Cruz, me gusta su espíritu emprendedor, que haya ganado todo con sus manos y que haya sabido avanzar en la vida, teniendo todas las cartas en contra, siendo un hijo ilegítimo, sin padre a la vista...en fin.
Me parece que la historia es dramática, pero no en exceso, no es tan lacrimógena, o sea igual lloré porque soy llorona, pero no es tan tan tan melodramática.
Disfruté mucho, como siempre. Es más, no pararé hasta leer todas y cada una de las novelas de la Bonelli...lo juro¡

¿Qué me dieron ganas de comer mientras leía?

Muchas cosas pero no comí nada ya que era muy tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario