domingo, 23 de junio de 2013

Reseña: Pídeme lo que quieras ahora y siempre. Megan Maxwell.

Reseña de : http://www.megan-maxwell.com/maxwell_029.htm


Después de provocar su despido de la empresa Müller, Judith está dispuesta a alejarse para siempre de Eric Zimmerman. Para ello y para reconducir su vida decide refugiarse en casa de su padre, en Jerez. Atormentado por su marcha, Eric le sigue el rastro. El deseo continúa latente entre ellos y las fantasías sexuales están más vivas que nunca, pero esta vez será Judith quien le imponga sus condiciones, que él acepta por el amor que le profesa. 




Todo parece volver a la normalidad, hasta que una llamada inesperada los obliga a interrumpir su reconciliación y desplazarse hasta Munich. Lejos de su entorno, en una ciudad que le resulta hostil y con la aparición del sobrino de Eric, un contratiempo con el que no contaba, la joven deberá decidir si tiene que darle una nueva oportunidad o, por el contrario, comenzar un nuevo futuro sin él.



La cosa formal.

Nos encontramos frente a la última entrega de esta prolífera escritora española. Continuación de Pídeme lo que quieras, la autora nos muestra la historia desde el punto de vista bastante especial de la protagonista, Judith, para los amigos, Jud.

La narración transcurre de manera tranquila, sin llegar a aburrir, utilizando algunas variaciones dialectales encantadoras, atando cabos poco a poco, con diálogos chispeantes y bastante mención a elementos musicales. En conjunto, estos elementos se fusionan de tal manera que la lectura se vuelve rápida, muy rápida.

El argumento

La historia se reinicia después del quiebre entre Jud y el mega ultra hiper biper guapo y millonario, Eric Zimmerman ( que resulta ser el big boss de la empresa en la que trabaja Jud). Judith, es una mujer de armas tomar, cabronaza la yegua, simpática como ella sola, pero con un genio de los mil demonios. Producto de un mal entendido con Eric alias Iceman, renunció al trabajo y agarró sus cositas para estar en dos tiempos en la casa de su padre, en una localidad que me suena encantadora, y obvio que es así porque estoy obsesiva con los parajes españoles. Para allá parte Eric, a buscarla, y a hacer uso de todas sus armas para que la española vuelva con él. Cuando digo todas las armas, no estoy exagerando.

Al fin y al cabo, Jud se traslada a Munich con Eric, pero OMG, el buen Eric no vive sólo, vive con su sobrinito, un chiquito encantador, un ser de luz...´sí, obvio, es lo que piensas, se trata de un niño terriblemente consentido, insoportable el pobre, con el cual por osmosis, Jud debe lidiar.

En Munich, Jud insiste en los juegos sexuales a los cuales fue introducida por Eric, a pesar de mantener una relación monógama, se juntan con amigos para, para ...jugar, con las restricciones de siempre. Pero Jud, quiere jugar más de la cuenta, está ávida, cual glándula tiroides con hipofunción, de juegos kamasútricos 2.0. En relación a estos últimos, opino humildemente que el pasaje de Dexter, en silla de ruedas, excede cualquier límite, no supe si reír o llorar.

La historia transurre por tanto, entre los tira (tira tira tira ) y afloja entre Jud y Eric, el cabro chico, el amigo caritativo Bjorn, siempre dispuesto a la acción, y el carácter endemoniado de la pareja que se ama con locura y con un amor, como dirían Los Tres, violento. El desenlace, esperable, aunque no exento de drama, pero deja la puerta abierta para continuar con Pídeme lo que quieras, o déjame; a publicarse en julio.


¿Qué quise comer mientras leía?

Chocolate, blanco y negro, como Björn y Eric.

Otras Opiniones:
Gaby:
<<Claramente es una muestra de que las segundas partes son buenas... La historia de Jud y Eric me tuvo de los nervios las pocas horas que duró mi lectura, debo admitir, que si bien la pareja se lleva todos los premios... la imagen del sufrido Flyn me conmovió, eso nos muestra que muchas veces caemos en algo súper obvio... tratar a los niños como adultos o viejos chicos y no como niños que necesitan cariño y mano firme... la forma en la que logra su cercanía con Jud me emocionó tanto que en el momento en que la llama "tía Jud" debo haber estado yo más conmovida que la misma protagonista... Mención aparte para la forma en que Eric le pide perdón, eso me pareció lejos la mejor forma de mostrar que él no es "tan" Iceman como lo piensa Jud.>>

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