viernes, 26 de julio de 2013

Treinta postales de distancia. Autora: Sara Ventas.

"Un pasado que creía superado, una amiga histriónica en la distancia, un mejor amigo encantador y un vecino algo peculiar. Sofía lo tenía todo, o creía tenerlo porque un buen día se encontró rodeada de "ex" ―propios y ajenos―, casualidades, malentendidos y un buzón lleno de postales.
Dicen que el amor lo podemos tener justo al lado, sólo hace falta mirar para verlo. Para Sofía, el amor se encontraba a treinta postales de distancia."

La cosa formal.

Qué bonita que es la portada de este libro, me encanta. La imagen de ese ascensor en blanco y negro ,de ese labial botado y de ese zapato rojo , con las letras del mismo color y el estilo caligráfico, me resultan profundamente estéticos, casi poéticos, como de revista.
La verdad es que hace más menos un mes que tenía en mi poder esta novela, su autora, la española Sara Ventas no me resultaba conocida, y como estoy en fase maniática de conocer a nuevos escritores, me arriesgué a leerla y no me arrepiento en lo absoluto, sobre todo después del desastre andante de Walking Disaster...aún estoy traumada.
Te cuento que Treinta postales de distancia es una novela romántica contemporánea, sin elementos hot ( que en realidad no le hacen falta), fue publicada el año 2012, está disponible en Amazon y posee menos de 200 páginas. El relato se desarrolla de la mano de un narrador omnisiciente, que utiliza un lenguaje totalmente comprensible y cuya voz resulta bastante ácida y sarcástica, con algunos comentarios graciosamente brillantes. Me parece que a pesar de ser una novela breve, Treinta postales de distancias es un relato bien escrito, simpático, ágil y que afortunadamente no resulta redundante, ya que la autora nos va presentando hechos ordenados que suceden en la vida de los protagonistas y no sus 24 horas, los 7 días de la semana; que en algunos casos resulta...y en otros ya sabemos que no.
Existe un elemento dentro del estilo narrativo de Treinta postales de distancia que me llamó poderosamente la atención, y es que los diálogos van acompañados de los pensamientos de quienes los formulan, como pasa en la vida misma, cuando estás conversando y pronunciando palabras encadenadas pero en tu mente dices algo totalmente distinto. Este factor, resultó crucial para mi lectura ya que me permitió simpatizar con los personajes y por ende, enamorarme un poco de esta historia de amor.

El argumento.

Sofía tiene casi 33 años, es dentista y originaria de Mallorca, es hija única...buen dato ése...no es menor ser hija única, yo lo fuí hasta los 7 años y según mis hermanas sigo comportándome como si lo fuera...
Bueno te decía que Sofía se acaba de mudar a Málaga y está tan...contenta? que ni siquiera ha sido capaz de sacar sus pertenencias de las cajas de la mudanza. Se muda porque en verdad, en Mallorca está marcando el paso y además terminó con su novio eterno con quien se iba a casar pero de quien en realidad no sabe nada más profundo que los datos biográficos. Sofía tiene una amiga llamada Paula que es algo...insistente, que le deja millones de mensajes telefónicos ( los que ella no contesta mucho) y que en resumidas cuentas es bastante cargante ( apestosa). Por otro lado, tiene a su amigo Manu, que es gay, vive en su mismo barrio y con quien sale a pasear, a comer, etc etc y en realidad, le da contención emocional y moral.
Jaime es un señor de las cuatro décadas, divorciado una vez de su matrimonio con María, ya que la engañó con Susana; por extrañas jugarretas del destino, él mismo se delató, lo que evidentemente terminó su relación y socialmente lo dejó como un zorrón, un infiel, un maldito, un puto, un golfo. Jaimito es un empresario culinario, tiene unos restaurantes con su mejor amigo, Javier y mantuvo la relación con Susana por osmosis...y como dice Arjona en su canción, "por miedo a quedar solo". Jaime también es muy supersticioso, de hecho le encantan las alturas pero no vive en el último piso, el 13, porque el número es de mala suerte, no se explica cómo alguien puede vivir ahí.
En el ascensor del edificio, Jaime se encuentra con una mujer muy rara, Sofía. Sofía se encuentra con un hombre muy estirado y amargado. Quién tiene la razón con respecto a la primera impresión?.
Solamente se sabrá después de Treinta postales de distancia.
Aquí no hay sado, no hay voyeurs, no hay swingers, no hay nada de lo que ahora abunda en la literatura actual tras el boom de Grey, solamente te presenta la vida misma, con amistades, decepciones, malos entendidos y malas decisiones.

Mis emociones.

Me enamoré, me enamoré me enamoré de esta novela. No sé, en realidad, no podría explicarte por qué le tomé tanto cariño, por qué la leí tan afanosamente , ni por qué me sentí tan happy leyéndola.
Creo que quizás se debe al tema de los diálogos y sus pensamientos subyacentes, a que desde cierto punto de vista me identifico con Sofía y con su forma de ser (yo también a veces soy pésima amiga porque necesito mi espacio y prefiero estar sola) o tal vez,  simplemente a que mientras leía,  mi reacción me remontó a  cuando tenía 7 años exactos ( 20 años atrás Gaby @gabycif) y  leí mi primer cuento y mis padres descubrieron mi extraña capacidad de memorizarlos completos. O tal vez, simplemente se trata de que esta novela apuntó directamente a mi humor, a las situaciones algo ridículas, a las cosas simples, a los términos divertidos como : "confundiditis" y "escabrológicos", que a mi me hacen tanto reír. Además, aprendí acerca de los orígenes de algunas supersticiones, como la sal, el gato negro y la escalera.

Es tanto mi amor, que son las 00:57 am y ...arriesgando mañana no verme muy saludable, sentí que tenía que escribir estas lineas, y ahora mismo se me ocurre: y por qué tengo que autoexplicarme y explicarte a tí el por qué siento tanto cariño por esta historia tan sencilla... simplemente lo siento, es así, a secas.

¿Qué me dieron ganas de comer mientras leía?

Huevos a la copa con un poco de limón , wiiiiiiiiiii.



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